Cada Pedazo de mi Corazón

Hace mucho tiempo que no me sentía libre. Libre en todo el sentido de la palabra, de sentir, de ser, de querer, de decir, de actuar, de decidir. Es que hoy fue un día extrañamente feliz y agotador. Es que estaba cansada, dormí poco, pero las ansías y las ganas de ver a los ñoños superaron las ganas de quedarme dormida en mi casa... y la sorpresa fue tan grande :) Hablé, reí, besé y abracé a quien quería. Dije lo que sentía, decidí con quienes estar sin importar si causaba gracia o no. Ignoré ese lazo que tanto me estorba. Amé a mis amigos, a esos que me hacen enojar, reir, querer, admirar, aconsejar, retar sólo por ser mis amigos, sólo por ocupar un lugar enorme en mi corazón y no porque exista un apellido que enturbie todo o que someta a una obligación unilateral. Compartí con otras personas como siempre lo había querido, conociendo risas, historias y anécdotas. Dejar de estar en un polo para estar en el Ecuador. Poder estar con quienes yo quería, reirme con ellos sin importar quié

Hacia mucho tiempo que no compartía con la gente como lo hice hace algunos días. Hace años, cuando iba a campamentos lo pasaba muy bien conociendo gente, compartiendo ideas, culturas, actividades distintas a las mías... Después tenía la opción de estar con gente de otros lados, pero con ideas e intereses similares a los míos. Pero siempre era la oportunidad de conocer gente, de compartir con ella, de disfrutar tantos momentos. Creo que eso fue lo más rescatable de todo. Compartir con mis amigos, conocer a otros/as de manera más profunda. Adoro esos momentos. Me permite conocer mis errores, mis prejuicios, lo de los/as otros/as... entender el comportamiento de los/as demás. Gracias a los/as ñoños/as por dejar compartir más con Uds. Los/as amo