Hace unos momentos lei una entrada muy íntima, muy profunda. Sentí que al leerla, estaba inmiscuyéndome donde no debía. Era como saber el secreto de alguien, escuchando detrás de una puerta, rogando no haber escuchado.
Últimamente me he preguntado mucho respecto a la fortaleza de las personas. Me considero una mujer fuerte, luchadora, que encara las situaciones de la vida tal como vienen. Y, lo reconozco, me cuesta mucho entender a las personas que les cuesta salir adelante, cuando siento que la solución es muy fácil y no requiere de grandes esfuerzos. No sé si es un asunto de personalidad, de valentía, de cobardía, de impulsividad, de reflexión... no sé. Sólo me di cuenta que al leer aquella entrada, muchas veces las caretas confunden y dejan ver cosas que no son, y que sólo mirando y comprendiendo desde nuestra propia experiencia podemos entender el sufrimiento de otros. Muchas me sentí poca cosa cuando me comparaba con otras personas, siempre quise sentirme amada tal como eran amadas amigas mías. Pero parece que muchas veces el amor demora en llegar, quizás semanas, meses o años, y cuando llega arremete con fuerza, destruyendo todas las paredes impuestas, y sólo está en nosotros poder dejarlo entrar y que habite en nuestros corazones, almas, pensamientos.
Es cierto que soy práctica para muchas de mis decisiones, pero al igual que muchos sufro con ellas. Pero así como nadie me obliga a tomarlas, asumo las consecuencias de ellas. Y siempre ha sido así. Tanto en las correctas como en las incorrectas. Duela o me de felicidad. Sea por amor al otro o a mí misma.
Me dolió leer cuanta pena existe en ella, cuanta incertidumbre y agonía encierra esa alma. Y que todo tiene que ver con ese mal necesario, con esa bendita maldición... con el amor.
Me impresiona cuan necesario es para sentirnos plenos, completos, felices. Pero también como puede servir para destruir vidas y dejarlas peor que la nada.
Todo corazón se destruye, no sólo el que es rechazado, sino también aquel que rechaza, porque el amor tiene tantas caras, tantas aristas... el mío ha sido destruido, pero por esa fortaleza que existe en mí, sigo en pie, dispuesta a dar la pelea y a proteger mi corazón, pero también a darlo en la lucha cuando es necesario.
Desearía que todas las personas pudieran sobreponerse a esto. Desearía que el amor fuera una prueba más para los corazones, para las personas. Y que no fuera motivo de angustia, de lamentaciones, de destrucción, de caretas y mentiras. Quizá hasta de envidia...
Siento que todo lo que escribi no tiene coherencia, no tiene sentido, se mezclan tantas ideas, tantos pensamientos... pero es lo que surgió ahora, después de intentar pensar por qué cresta el amor es tan necesario para nosotros y por qué tiene la capacidad avasalladora de destruir todo lo que ha costado construir, muchas veces en su mismo nombre

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