No quiero pecar de soberbia, pero me alegro y me felicito tanto de ser tan cuidadosa y cautelosa cuando se trata de hacerme amigos o de tomar partidos por personas. Muchas veces se me criticó de que fuera imparcial, o como se dice popularmente "no mojarme el potito", pero las consecuencias me han demostrado que mi forma de actuar ha sido la correcta, porque para mí se deben conocer las versiones y sacar uno sus propias conclusiones, antes de declarar públicamente quien tiene la razón o quien no. Mis amigos me conocen, saben cómo son... no me pidan partidismo, que mi único partido soy yo misma.

Mi instinto me ha dicho muchas veces no le creas a esa persona, aún cuando parece ser un ángel, la bondad personalizada; no te fies de ella, escúchala pero no le creas; no le confíes tus cosas... y yo, obediente a veces, me hacía caso... y ¡chan!, la Griselda tenía razón.

Las moscas muertas son las peores, las que se creen inferior a la horma del zapato son, en su mayoría de las veces, las mujeres más desquiciadas, manipuladoras, parasitarias, traicioneras y patéticas. Y eso significa que son un peligro potencial... ¡arranca si es que puedes!

Asúmanlo, es preferible ser cauta, tratar de llevar la paz con todos, a ser una tonta que cayó en las garras de una mosca muerta y le vendió en cuento del tío a todos... es manipulación mostrarse como una pobre niña, víctima de las desgracias sociales y emocionales... si estás cagada de la cabeza, hazte ver, pero no lo publiques para que te soben el lomo... un amigo te dice la verdad con o sin anestesia, pero te lo dice; si te dicen las cosas para que te sientas contenta o porque eso es lo que quieres escuchar, preocúpate, estás dando pena, y en el momento menos pensado te darán la espalda porque sencillamente los cansaste... y eso también es patético...

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