Gracias a ustedes tres

Existen tres hombres que me han marcado emocional y sentimentalmente. No han sido todos parejas, pero me han enseñado, sin que ellos lo sepan, lo que quiero y no quiero en un hombre a mi lado.
El primero, me enseñó que no basta con que me quiera, con que me ame o haga todo lo que yo quiera para hacerme feliz. Necesito mirarlo y admirarlo, necesito sentir respeto por él, por quien es, por lo que hace o piensa. Necesito sentir orgullo por la persona que cada día crece en él, por la persona en la que se está convirtiendo. Sin eso, el amor se desvanece, y sólo se transforma en cariño y gratitud por todo lo que ha hecho y sentido por mí. Necesito sentir que si caigo, que si las fuerzas se desvanecen, la persona que esté a mi lado, va a ser suficientemente fuerte por los dos, para levantarme o apoyarme en mi caída, que ambos luchamos por un mismo fin codo a codo, que no soy yo quien sólo lucha y que el otro es arrastrado por mi esfuerzo, que el esfuerzo es compartido por igual.
El segundo me enseñó que es fundamental para mí, la pasión, la locura, la improvisación, el deseo, la independencia en una relación. que no me me importa si tiene hijas/os, les puedo querer como a él lo quise, respetando sus tiempos y espacios. Pero también entendí que necesito alguien que me entregue seguridad, estabilidad, cariño, amor, confianza y respeto siempre, no un día sí y otro no. Sin eso, no puedo ser ni entregarme como me gustaría a una relación. Si siento que eso no existe, me encierro para protegerme e inevitablemente esa relación va a término. Me enseño lo que es amar sin ser amado, lo que es que te utilicen, y aprender a valorarte aún más. Me enseñó lo que es una relación tóxica, y nunca, pero nunca, conocer o estar con alguien para olvidar a un otro. Fue una enseñanza dura, tomó años, pero demasiado valiosa.
El tercero me ha enseñado a disfrutar de las cosas simples de la vida, de lo lindo que es cocinar o intentarlo, de conversar horas y horas de mil cosas, de escuchar música para todos los gustos, de jardinear y compartir plantas, de lo maravilloso que es cuidar un perro, de encontrar a alguien que te hace pensar en un futuro que nunca contemplaste, de reírse y llorar también, de añorar otro beso, aunque sea borrachos o drogados... De desearle lo mejor, de verdad, aunque tu corazón se vaya a la mierda, de desear que sea feliz, aunque su felicidad no esté a tu lado... De angustiarte, porque sabes que a donde se va, estarán personas que harán que te olvide, de saber que allá será tan feliz que tú serás un recuerdo pasajero en su vida... y eso duele, pero lo aceptas porque tú lo quieres y quieres que sea feliz. 
Este tercero, sin ser parejas, me ha enseñado lo qué sí deseo en una pareja, en un compañero, en un amigo, aunque tiene características que no me gustan, las aceptó porque él, en su complejidad, me hace feliz... y se lo agradezco... aunque él no sepa todo lo que generó ni genera en mí.

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mmmmmm

2 años