Gracias a ustedes tres
Existen tres hombres que me han marcado emocional y sentimentalmente. No han sido todos parejas, pero me han enseñado, sin que ellos lo sepan, lo que quiero y no quiero en un hombre a mi lado. El primero, me enseñó que no basta con que me quiera, con que me ame o haga todo lo que yo quiera para hacerme feliz. Necesito mirarlo y admirarlo, necesito sentir respeto por él, por quien es, por lo que hace o piensa. Necesito sentir orgullo por la persona que cada día crece en él, por la persona en la que se está convirtiendo. Sin eso, el amor se desvanece, y sólo se transforma en cariño y gratitud por todo lo que ha hecho y sentido por mí. Necesito sentir que si caigo, que si las fuerzas se desvanecen, la persona que esté a mi lado, va a ser suficientemente fuerte por los dos, para levantarme o apoyarme en mi caída, que ambos luchamos por un mismo fin codo a codo, que no soy yo quien sólo lucha y que el otro es arrastrado por mi esfuerzo, que el esfuerzo es compartido por igual. El segundo me