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Mostrando entradas de diciembre, 2008
No sé bien cómo debiera sentirme. Se supone que todo debiera serme indiferente, pero no puedo. Nace en mí la rabia, la pena, la incomprensión... Me siento estafada, por decirlo de algún modo. Es como aquella sensación de que te venden un producto perfecto, pero que de a poco, se va hechando a perder. Evidentemente es normal, todas las cosas por su continuo uso se van deteriorando, ¡pero es que las personas no debieran deteriorarse! ¿Cómo un ser humano va a ser peor de lo que fue? El sentido común me dice que cada día uno debe ser mejor, debe crecer, debe mejorar, ¿pero es realmente así? Esta entrada la había empezado a escribir en la tarde, pero por diversos motivos domésticos quedó inconclusa y ahora la termino. No apruebo ciertas conductas, llámenme como quieran. Pero no creo en las excusas baratas ni en los comportamientos burdos. Quizá yo también tengo momentos de ellos, pero creo que son en momentos de absoluta conciencia, no recurro a artimañas para hacer lo que anhelo ni busco e

Fin de año

Siento que, después de ser un año algo complejo en sus inicios, con altos y bajos, con penas y alegrias muy mezcladas, creo que está finalizando de una excelente forma. Siento que todo está bien, mis pensamientos, mis aciertos y mis errores, mi forma de enfrentar la vida y las situaciones están claras y me he guiado absolutamente por lo que yo considero correcto, y no por lo que los/as demás creen que debo hacer o decir. He logrado mantener buenas relaciones con las personas que me importan y a quienes quiero. Sé que cometí errores con algunas, pero también sé que los asumí y los enfrenté, y creo poder decir que se solucionaron. Tal vez no será la relación de antaño, pero poder hablar sin miedos y sin reproches es algo sumamente alentador. No me importa estar bien con todos/as, no me importa lo que muchos/as piensen de mí. Sólo me interesa estar bien conmigo misma y saber que lo que he hecho es lo que debí hacer siempre y en todo lugar. Estoy satisfecha con cada cosa que logré este

"La Venganza es Dulce" (Griselda Román F.)

Éste es un cuento creado por mí para una clase de la Universidad. Lo pensé basándome en Perrault. - ¡Vamos, corre! – me gritaba incansablemente, mientras se reía. - ¡Eso hago! – le respondía yo, enojado de que no se diera cuenta de que las fuerzas no me alcanzaban. - ¡Yo sé que puedes! – me volvía a decir, riéndose de mí y de mi notable agotamiento… …Y de verdad que yo no podía, de verdad que las fuerzas no me daban… sólo iba a tener fuerzas para una sola cosa que en ese momento se me pasa por la mente… pero no ahora, no en este momento Siempre lo había admirado por su cuerpo atlético, por su fuerza descomunal, por su buen desenvolvimiento social, por su capacidad de caer en gracia con quienes conversaba. Muchas veces había deseado ser como él, y hasta el día de hoy, aún me cuestiono el por qué quería ser como él, siendo lo que hoy en día soy… Es que él tenía mucha suerte con las mujeres, y cuando digo mujeres me refiero a todas las mujeres: las niñas lo querían