Se acerca...
Es impresionante el cómo pasa el tiempo... la rapidez con que nos vamos haciendo más viejos/as, pero no sé si más maduros/as... el cómo se deja atrás la niñez, la juventud... para ser una persona adulta, un adulto que yo aún no quiero ser.
Me da miedo pensar en lo que se me viene... seminario de grado, tesis, práctica profesional... clases... hacer que niños/as aprendan, pero no sólo conocimientos, sino que sean seres críticos, reflexivos, constructores de un mundo mejor... pero que ante todo sean seres humanos íntegros. ¿Soy yo una persona íntegra?, ¿soy la persona adecuada para formarlos/as?, ¿cómo saber que lo soy?, ¿quién me lo puede decir?, ¿es esa persona adecuada, idónea para decírmelo?
Siento una gran responsabilidad, es que educarlos/as y formarlos/as para que sean seres forjadores de un buen futuro no es un tema menor, y mucho menos cuando la educación está en esta gran crisis... 40 niños/as aproximadamente por docente, situaciones laborales complejas, recursos económicos, materiales, de infraestructuras escasos, en muchos casos deplorables, y vidas familiares diversas, niños/as que proviene de tantos contextos socioculturales, que hay que incluirlos todos en una enseñanza y en un aprendizaje eficaz... y una, con su creatividad, con sus ganas y esfuerzo, con los 4 años de estudios, con las prácticas que realizó tiene que tratar de suplir de manera efectiva esas carencias, o esas dificultades...
La educación y enseñar es un desafío... es que la vida en sí es un desafío... y yo, a pesar de no sentirme ciento por ciento capaz de hacerlo, pondré todo de mí para salir adelante y sacar adelante a los/as niños/as que me toque formar.
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